Hemeroteca

La ausencia total de personal médico en una RPM del IMAS "sobrecarga a las enfermeras"

En los últimos días hemos tenido conocimiento que en la RPM Obispo Javier Azagra no existe un seguimiento médico continuo y presencial de sus residentes.

Los dos médicos que acudían hasta ahora por parte del CORECAAS, tras una orden de la que desconocemos su procedencia, han dejado de asistir al centro a hacer el seguimiento de dichos residentes.

Este hecho, junto con la falta de enfermeras en las bolsas de trabajo que ha provocado la no sustitución del 100% en los centros, está causando unas cargas de trabajo inasumibles a las enfermeras debido a que los problemas de salud que presentan en el día a día los residentes (recordemos que son pacientes geriátricos pluripatológicos) no se valoran por un profesional médico, y el personal de enfermería no puede así tomar las decisiones que son de su competencia.

La llamada al 112 no es la solución porque en la mayoría de las ocasiones no son urgencias vitales, y la telemedicina o consultas telefónicas en estos casos tampoco son viables, dado el estado general que presentan los residentes de estos centros.

Toda esta situación puede verse agravada después de los recientes nuevos brotes de contagios por SARS-CoV-2 acaecidos en algunos centros de la CARM y del resto del país en esta “quinta oleada”, que obligan a hacer un seguimiento aún más exhaustivo de los residentes, así que desde SATSE-FSES hemos solicitado al Director Gerente del IMAS la cobertura urgente y presencial de personal médico en la RPM Obispo Javier Azagra, con el fin de garantizar la calidad de los cuidados que se prestan en el centro, así como para minimizar el riesgo de nuevos contagios por SARS-CoV-2 en dicho centro.

Parece que la Administración Regional sigue sin haber aprendido nada, urge instalar un nuevo modelo de cuidado a las personas más vulnerables. Las instituciones y los distintos responsables públicos vuelven a mirar hacia otro lado y no apuestan por un sistema socio-sanitario que ya estaba gravemente deteriorado y debilitado antes del Covid-19 tras años de recortes indiscriminados y que, a fecha de hoy, parece abandonado a su suerte.

Las soluciones deben venir ya.

Te puede interesar